lunes, 23 de diciembre de 2019

ÉL


Ayer rompimos en llanto juntos por primera vez, después de caer en cuenta que todas las heridas del pasado, la soledad y la tristeza eran necesarias para llegar a ser los valientes de hoy, para ser perfectamente perfectos juntos.

Ahí estaba yo recostada sobre tu pecho desnudo, arrullada entre tus grandes brazos, hasta que abruptamente me levanté de la cama para empezar estas lineas, en automático sentí tus ojos chinos asombrados clavados en mi, visualice a media luz tu pelo laceo, tu sonrisa, tu nariz pequeña, tus tres lunares de la boca y antes de perder mis cabales y no desviarme en los coquitos de tu estomago, tú, guardaste silencio mientras escribía cada párrafo de estos versos. 

Atento mirabas cada gesto mío y como si fueras yo misma entendías cuando creaba, editaba o borraba partes de nuestra gran historia, créeme, mi amor que nunca me sentí más especial en mi existencia, lo que más me apasiona en la vida se habían mezclado, tú y escribir.

Recuerdo algún día de ayer que te confié temerosa mis más oscuros secretos, caminando en el malecón de la mano y tú solo atinaste abrazar a cada uno de mis miedos con todas tus fuerzas, besaste mis heridas como nadie lo hizo y me diste libertad de ser quién quiera ser siempre, libre de decir lo que siento y pienso, en un segundo te volviste mi mejor amigo, mi incondicional, mi otra mitad. 

Entendí que siempre fuimos uno, en esta y otras vidas, porque amores como el nuestro que transciende son inmortales, mi amor. 

Entonces nos prometimos en la siguiente vida volver a encontrarnos, pero está vez muchísimo más a tiempo, para cuidarnos del dolor, de los malos amores, de la falta de comprensión y de que estos 50 años de vida que nos quedan juntos, no sean nunca más muy cortos para tan perfecto y gran amor.

Esto es tan real que estuvimos bailando con el universo, tan volátil, tan cerca a veces, a punto de coincidir, desde 5 años atrás, pero el destino perfecto como nosotros juega hoy su mejor carta a favor nuestro, en el momento exacto, cuando por fin estamos listos, nos encontramos y entonces nos ganamos y ganamos para siempre.

Encontrarte es la coincidencia más bonita de todas mis vidas, hoy no concibo una vida después de ti, sin ti no existe esta felicidad infinita que tengo solo a tu lado.

Perfecto, como siempre te soñé, te vi y una Coca-Cola después lo supe, eras tú.

Hoy decreto, eres el amor de mi vida y me la jugaría por ti en todas mis vidas, pongo el pecho delante de ti, recibiría la bala porque amores así, no existen.

Somos únicos. 

“Ustedes son amores de una vida pasada” dijo Maru, eres mi otra mitad, mi destino final, mi ancla a tierra y al más allá, hasta nuestro ultimo respirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario