Supe que no eras tú una noche de invierno en medio de un concierto rodeada de gente.
Caminé contigo algunos pasos atrás para observar el panorama, el amor estaba en el aire y nosotros éramos dos extraños.
Algo se quebró en mi y el sonido del crash se ocultó entre el boom de la música y nosotros.
Mis ojos eran húmedos y en cada resplandor de las luces ocultaban la verdad y nunca los viste.
Ese día me perdiste.
Recuerdo bailar con mis rulos para secar mis mejillas y que solo deseaba ser la chica del costado dando vueltas en los brazos de su amado.
Entonces me sentí infinita, sola y alce los brazos muy alto para bailar conmigo sin parar hasta la última canción.
Y entendí que el amor es expresión, que puede romper barreras, que vibra contigo y logra hacerte entender en un instante los anhelos más profundos de tu vida y aquellos que no.
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